FORTUNATO QUISPE

Ahí estás, en el rincón de siempre de tu amado Oruro.

Y qué, ¿no te habías muerto?

En cambio, ahí estás, más fresco que nunca, arrojando tu llamado antiguo y fuera de contexto; sentado en el camino como ese charco que tus paisanos evitan, eluden, saltan, sin que nadie se ocupe de eliminarlo; ése que todos esperan pacientemente que seque solito… más él no quiere saber nada y se queda allí, tranquilamente, un tanto indecente y maloliente… Degradación, Tercer Mundo.

Inútil levantar el volumen del altoparlante del mercado: esa balada cursi nada puede en contra del llamado perentorio de la Tarqa. Aullido, rugido y lamento, voz profunda de un Mundo Nuevo todavía infestado de antiguos fantasmas.

Y uno de ellos eres tú, Fortunato, que quedas en tu lugar, ¿vivo o muerto?

¿Quién puede decirlo?

Eres como una piedra en el borde de la carretera, una piedra llamando a los transeúntes.

Mudas quedan las flautas dulces de fábrica en sus fundas de plástico, mudas por el pavor frente al carismático verso de su venerable antepasada de naranjillo.

Quisieran desaparecer -pero no pueden- sus hermanos plásticos de Pan. Los “Hermanos Bandera”; pero esta vez la bandera es la boliviana -total es como cualquier otra- y en cambio quedan colgados a un lado, para recordarnos que de algo hay que vivir y que la Música Aymara, no siendo ese “algo”, tendrá que morir -hasta ella- algún día. Coloridos, revoloteando como gavilanes, esos falsos Sicus plurinacionales y pluri decorados esperan pacientemente el precipitarse de los acontecimientos; el apagarse del rugido del viejo puma; el último acuciante berrido del mastodonte extinguido, para atreverse a picotear su cuerpo, averiguando así si ya está suficientemente muerto como para dejar despedazarse sin oponer resistencia.

Sin embargo, tú que toleras estoicamente su siniestra compañía, no pareces estar dispuesto a aflojar en lo más mínimo.

Aguantas tu posición con las gafas en el sombrero como aeronauta y sigues escudriñando, escarbando como propio minero en la infinita búsqueda del sonido Puro, allá por las profundidades del canal oscuro de uno que otro palo de madera blanca. Tu meñique, hábilmente parchado como el cuerpo rajado de una vieja flauta de caña, asevera que todavía no te cansaste; que aún tienes aliento suficiente como para llamar; que dominas todavía -por lo que vale- el precioso don de producir el mágico sonido, para algunos, irresistible.

Estos hombres no son los vecinos del barrio, que también suelen pasar por allí; pero justamente, saltan con ambos pies el charco, o mejor, ni siquiera le hacen caso, porque ya saben perfectamente donde se encuentra y lo evitan, sin siquiera darse cuenta de ello. Éstos son paseantes exóticos, cautivados por lo que hace tiempo ya no llama más la atención de nadie, tal como niños viendo las cosas por primera vez… Sí pues: son niños crecidos, venidos desde muy lejos, sin una madre, una niñera o alguien que los cuide siquiera en este otro país incomprensible. Niños perdidos, huérfanos en territorio aymara, “hijos del Altiplano”, “hijos del Titicaca” (como quien dice) y no de un señor Quispe o de una señora Mamani.

¿Qué hacen aquí?

¿Qué quieren?

Y, sobre todo, ¿quién los trajo?

No me vas a creer, querido Fortunato, si te digo que fue tu llamado en llevarlos hasta ti; por lo que no hay que sorprenderse si el elogio -o esquela, como quiera que se denomine- dedicado al sentido último de tu presencia entre nosotros, se debe a uno de ellos… ¡¿Y quién más?!

Tú nos has entregado los instrumentos y los sonidos a nosotros, los que llovimos desde el cielo sin una sola referencia, un modelo, una indicación. Hombres como tú fueron los que nos abrieron las puertas de esta querida Música, en vez de dejarnos fuera (como hubiera sido lógico).

El niño perdido se cuelga del pantalón del adulto de buen corazón, que buscará devolverlo a su casa o al menos, indicarle el camino. Se le cuela y no afloja, no sabiendo a quién más acudir. Desde luego, se le pone al costado y sabe mirarlo trabajar por horas, molestando de vez en cuando con las mismas estúpidas preguntas de siempre, como para hacer que hable de cómo van las cosas en el planeta desconocido, en donde un constructor de Tarqas tendría su puntual razón de ser.

Tú, Fortunato, ya has divisado al forastero a lo lejos, viéndolo llegar… Queda por comprobar su real interés por lo que tienes y que, supuestamente, él quisiera adquirir.

A este punto, el cronómetro empieza a correr y se van dando una serie de preliminares, que acaso podrían terminar con el programa completo de presentación y, finalmente, con un acto de compraventa.

El vago, el turista, pronto se cansan de estar allí mirando. Filman y compran sólo para el recuerdo; luego siguen adelante (una Tarqa blanca no es gran cosa colgada a una pared… Tal vez mejor sería una Zampoña, ¡y encima es más barata!).

Pero de cuando en cuando, aparece alguien que no se borra tan rápido, ése quiere tener más información; graba para llevarse a su casa un documento de estudio.

Y hasta se atreve a agarrar el instrumento para intentar sacarle sonido, un sonido parecido al del “maestro”.

Con una deferencia claramente inapropiada a la situación, no puede evitar insistirle a que suene.

Las horas que pasan; los ojos encendidos; la expresión embelesada… Todo te revela hasta qué punto el pobre fue cautivado por el fatídico llamado.

Vamos Fortunato, no esperes más, que ya lo tienes suficientemente asado y está bien cocido… ¡Dale! ¡Es tu momento: hazlo soñar!  Muéstrale de una buena vez, lo que tendrá que aprender a hacer para poder definirse “Tarqero”, ya que, en algún misterioso meandro de su mente extraña, pudo concebir el sueño de serlo de verdad, Tarqero, algún día.

Así es como, a quemarropa, comienza el último acto de esta pequeña gran ceremonia, ahí mismo, en medio de la calle.

Fortunato toca su wayño, tal como Mary Poppins salta en el marco de su amigo Bert, pintor de veredas y a pesar del quiosco, del mercado, del charco y de las flautas dulces (incluyendo también la balada difundida por los parlantes), a pesar de todo eso, ¡de pronto nos hallamos proyectados en el holograma de una fiesta aymara!

Pero ya don Fortunato dejó de tocar, dando a entender que la Fantamúsica sigue rodando como por inercia, tras el impulso que acaba de darle y comienza a largar gritos de júbilo en un antiguo y elemental código de sonidos vocales que el mundo civilizado extravió hace mucho tiempo.

¡¿Qué tiene para regodearse tanto este pobre diablo, rodeado por gavillas de trozos de madera y caña difícilmente vendibles?!

«Ecce Homo» – diría Pilato, en respuesta al más atrevido de los investigadores con su linterna. Sin embargo, nosotros, los pobres mortales, al parecer nos perdimos de algo…

¿Qué se festeja hoy?

¿Cuál es la virgen?

¿Cuál es el santo?

No chicos, creo que no están entendiendo: lo que se celebra hoy, es el Destino del Hombre en sus dos declinaciones: Destino cumplido y Destino revelado.

Si en la cumbre de su existencia, él todavía puede regodearse, esa es la señal de que ha triunfado de verdad, honrando a sí mismo y honrando su propia misión sobre la tierra.

Es la luz deslumbrante de esa promesa de júbilo, de ese “¡EUREKA!”, echado en cara a la condición humana con toda su insignificancia y su fragilidad, el aliciente más grande para aquel niño perdido que, guiándose tan sólo por tu llamado, acaba de emprender un camino.

Tú, cochero, barquero sentado en el muelle con las piernas colgando, a la espera de pasajeros.

Tú también, como nosotros, extranjero en esta orilla del río; sin embargo, al otro lado no hay trabajo para ti: aquí es donde sirves.

El pasaje no es caro. El viaje es breve: apenas hay tiempo para intercambiar dos palabras, tocar unas cuantas notas y ya llegamos al otro lado.

Pero el paso de una orilla a la otra queda inconmensurable y esas pocas frases -las musicales y las que no lo son- intercambiadas a goteo durante la travesía, ¡cuánto habrán de tornarse útiles al encontrarnos de vuelta solos, en la otra orilla!

«Lo que buscas, te está buscando» -recita un antiguo dicho…

Querido Fortunato, fuimos nosotros y los como nosotros en cumplir tu Destino y tú y los como tú, en revelarnos el nuestro.

Habíamos sido nosotros los que estabas esperando y habías sido tú él que estábamos buscando.

Así las cosas, ¿no es el grito de júbilo lo más apropiado que pueda haber a la hora de nuestro encuentro?

Felice M. Clemente
Il Laboratorio delle Uova Quadre

LORO POLLITO

Gustavo escribe:

De todas maneras estamos gozando de la temporada, el invierno es algo duro por acá, con mucha lluvia, por suerte, y a pesar de varias cosas que pasan alrededor, nosotros con María (sílfide lacustre) vamos viento en popa, concretando un montón de cosas personales y cerrando algunos proyectos, lo que nos va a dar el tiempo y el espacio para encarar nuestros intereses de la manera que se lo merecen (música andina incluída). Espero pronto escribirle a Felice.

Aprovechando está ocasión, no puedo pasar de preguntarte acerca de los Track 12 y 13 del quinto CD de Continente Líquido. En la contraportada del disco se puede leer:
Arreglos R.M Clemente.

Quisiera preguntar, de que se tratan o en qué consisten aquellos arreglos.
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Hola Gustavo,

De antemano No sabes cuánto me Alegra saber de sus Éxitos: Felicitaciones!

Pues, que para eso existe la Juventud: para Sorprender y Sorprenderse, para Renovarse y Revolucionar, para Volver a Insuflar fluida Vida en los viejos Circuitos mineralizados del Mundo.

Con respecto a Tu inquietud, es ésta una Larga Historia… de aquellas que cuentan los Viejos, con copia de Detalles, para un selecto Público de Jóvenes encantados en sus Tramas.

Lástima que ya no vivamos en Tiempos de Chimeneas o de cálidas Tullpas… ahora nos toca el Whatsapp!

Anyway, Bob Dylan cantó «How many roads must a man walk down before you call him a Man» y Luis Advis le respondió con un «Largo Camino tienes que Recorrer…» (Te dejo escoger la Versión que mejor se acomode a la circunstancia) ambos con el intento de Inmortalizar -Evocándola con justa Énfasis y en un solo Verso- la Naturaleza de cualquier proceso Evolutivo.

Mas, tratándose aquí de la Iniciación que nos brinda la Música Andina -repleta de Etapas y relativas Pruebas-, el mismo Concepto resulta aun mucho más amplificado.

Así que, fundamentalmente, los Arreglos Identificados en el 5° Disco de “CONTINENTE LÍQUIDO” son parte de este Largo trajín y de sus Retos… Trataré, por obvias Razones, de ser Sintético en la Exposición.

Todo parte desde el Monismo, el Reino del Uno, lo que “Es y no es posible que no sea” (En nuestro caso, primero fue el Reflejo) que decide duplicarse dando cuna al Dualismo, lo que “No Es y es necesario que no sea” (Para nosotros, luego fue lo Reflejado).

Frente a la Encrucijada, por primera vez el Iniciado debe manifestarse, tomar Partido, revelar la Fuerza de su Auto-conciencia… y, sobretodo, ¡Embocar el Justo Camino!

Así es como el Dos se vuelve Tres y el Trígono se cierra: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

El Lema de la Secreta Orden, que incluye en sí todo el Humano Misterio, recita:
«Ex Deo nascimur, In Christo morimur, Per Spiritum Sanctum reviviscimus»

Cuando, desde las Profundidades de la Eternidad, el Aarachi decidió empezar a Dialogar con sí mismo, lo hizo sobre un mismo Sonido… y el primordial Juego lo Divirtió a tal punto que se deleitó con él durante un entero Manvantara Mayor, hasta que al Flujo y Reflujo del único Sonido Cósmico respondió… Otra Nota!

Desde entonces aún perdura, acelerando, el mismo proceso Entrópico; una suerte de Fisión en Cadena que genera sus relativos Sistemas.

Como habrás intuido, antes que todo esto llegue a materializarse sobre la Corteza de éste Planeta en UN Sicu hecho y derecho (repartido en DOS unidades distintas y complementarias que, gracias al TERCER elemento de la Conciencia Humana, se hagan Reflejo Terrestre de la Armonía de las Esferas) tuvimos que esperar muchos más Kalpas y Pralayas.

Qenaqena – L’Uomo Giaguaro (Felice M. Clemente – 1994)

Cual Ulises perdido en los Mares de la Música Andina, yo también tuve que Navegar bastante hasta hallar la Legendaria Isla de los Qenaqenas… y allí hechar la Ancla.

Me quedé durante todo el Tiempo que me fue necesario; hasta adueñarme de sus básicos Códigos; hasta Familiarizar con sus Elementales.

Todo esto Ocurrió hace mucho Tiempo.

Durante la Estadía me dediqué a Varias, propedéuticas Actividades (tanto en Conjunto como en Solitaria, tanto Físicas como Espirituales) entre las cuales destacaron los primeros “Arreglos para Qenaqena” -en su propio Contexto Semántico- que la Historia del Instrumento recuerde.

Entonces “Loro Pollito” solo era un Tema suelto (Como Jach’a Walata y otros), sin “Documento Original” atendible ni “Versión” notable.

En realidad fue parte del acuerdo que cerramos con el Luriri Don Serapio Mamani (q.e.p.d). Dicho acuerdo se fundamentaba en una tan simple cuan cruda Realidad: sin Repertorio, nosotros no hubiéramos sabido ni qué hacer con esas Flautas!

Entonces, a manera de llenar semejante Laguna y de paso concretar el Business, quedamos en que, al momento de retirar los Qenaqenas, Serapio nos Interpretaría algunos Temas propios del Repertorio del Instrumento para nosotros Grabarlos.

Claro está que esta su Interpretación -a solas, sentado en la Chocita de Alto Chijini, media en modalidad “Secreto” y media en “Voz Clara”- no era más que un Pálido reflejo de lo que Buscábamos…
Sin embargo fue suficiente para Estimularme a la compilación de la Partitura que mencionas.
Así fue como Nació, el 15 de Enero de 1989, mi Arreglo titulado “Loro Pollito”.

Al respecto solo agregaré que el mismo Título no fue más que un Chiste de Dámaso, único hijo de Serapio, quien presenció todos nuestros Encuentros en tanto elemento de aquella necesaria “Juventud” que mencionaba al Inicio.

Para Don Serapio Mamani, el hijo Dámaso era una especie de “Traductor del Presente”, su cable a Tierra dentro de la Actualidad. Pues, él era un Aymara ya Mayor, que mascaba poco el Castellano y que había sido educado al Aymar Jaqen Leypa (La Ley Moral de los Aymaras)… un Hombre de otros Tiempos que Mal se acomodaba a la Realidad del Mundo Moderno.

En este sentido tratar solo y directamente con nosotros -Jóvenes Europeos formados a la Catalogación Aristotélica y llenos de aquellas mencionadas Fuerzas que pueden Revolucionar el Mundo entero- era para él demasiado Complicado.

En buena Síntesis, al finalizar cada melodía yo no apagaba la Grabadora hasta tener el Título de la Pieza ejecutada. Así que, franco breve Aplauso de complacencia seguido por un “Serápico” Silencio de Esfinge, la Pregunta era siempre la misma: «Gracias… ¿Y cómo se llama el Tema?»

Esta simple pregunta, tan Obvia y Descontada para mí, de hecho lo sacaba completamente de Quicio a él!

Primero que nada Serapio no tocaba “Temas” definidos, lo que hacía era más bien proponernos algunos Arquetipos de Qenaqena que tenía interiorizados… y en segundo Lugar no tenía la menor Idea de cuál hubiera podido Ser el “Título” de ninguno de los Arquetipos que tocaba!

Ahora, si calas estas circunstancias dentro de la mencionada Ley Moral en cuya Placenta Don Serapio se había forjado, no hallarás Dificultad alguna en intuir las razones del Tilt (Bloqueo) en el cual caía sistemáticamente.

Ahí era donde entraba el Dámaso, mucho más despreocupado y Cancherito, improvisando divertidos Títulos que nos sacaban a todos del Apuro… “Loro Pollito”, “Tigrilly Pchicitu”, “Isañ’ Panqarita” etc…

Un Fuerte Abrazo,

Raffaele M. Clemente
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Gustavo responde:

La isla de los Qenaqena, me imagino que hay todo tipo de flora y fauna exóticas en ese lugar!
En cuanto a anclar ahí, pareciera que yo aún estoy a la deriva, puedo ver la isla desde mar adentro, pero solo de manera superficial, la mayoría de la vida que alberga pareciera estar más a dentro, custodiado por la vegetación y los jaguares!
Por suerte, dicen que hay 2 oraculos que te pueden guiar hacia ella, y que ellos mismos exploraron la isla hace mucho tiempo.

Entonces, a partir de lo que tímidamente y en solitario tocó don Serapio, pudiste armar coherentemente un discurso de Qenaqena y todo eso antes de que yo naciera!
Así que Loro Pollito de Continente Liquido está grabado en base a tu partitura. Gracias por la anécdota, le tengo bastante cariño al Track, ya que escuchándolo me he podido dar cuenta un poco del juego ira-arca que efectúan los instrumentos. Y eso me recuerda a la horrible grabación de Qenaqena que hice el año pasado, con un discurso sin “pies ni cabeza” … Ya es hora de que lo vaya ordenando …
Un saludo!


PHUSA

Phusa.
Es ésta una palabra Arcana que nos llega desde la más remota profundidad de los tiempos. Un concepto que se torna Palabra: Sonido… Música.

Heráclito de Éfeso lo llamó πνεῦμα (Pneuma) y Lao Tse 氣 (Chi). En Hebreo se dice ח ור (Ruah) y en el Horizonte Medio de los Andes, brota del antiguo Puquina la palabra Phusa.
Mucho más tarde, en pleno Renacimiento, filósofos y alquimistas cuales Giordano Bruno y Paracelso reconocieron en el Pneuma el Instrumento utilizado por la Divinidad para influir en las acciones Humanas.

Phusa.
Quizá sea éste el segundo Principio del Universo que tanto nos ocupa… y el primero podría ser Suq’usa o Tuquru (αὐλός, 蘆, הנק): la Caña.

Antes de ellos solo era Paqarina, ἀρχή (arqué), 道 (Tao), תויהל (lihyót).

De hecho existen dos tipos de Música Sicuriana: la Música Sicuriana de la cual todos hablamos, opinamos, escribimos… y el verdadero Arte de las Cañas.

El Tao que puede expresarse no es el Tao eterno.
El nombre que puede nombrarse no es el eterno nombre.

(cf. Tao Te Ching, 1)

Asimismo el Canto de las Cañas no puede “Decirse”, mas sí, puede Mostrarse o, mejor dicho, Revelarse (ἀλήθεια)…
Y cuando se revela, es directa emanación del Absoluto. Por ende tiene el poder de crear Tramas en el Caos (Χάος). [1]
Así es el Verdadero λόγος (Logos) de los Sicus. Es el Discurso de Dios reflejado en una miríada de fragmentos del espejo en el cual él mismo se Refleja: Magia.

Magush Zoroástricos (غم), Derviches Sufi (تص ّوف), Μάγοι Griegos, Heká Egipcios (V28D28A40), Druidas Celtas y Phusirinaka del Altiplano nunca fueron científicos ni astrólogos.
No existían “científicos” en la Antigüedad: ni en Persia ni en Egipto, ni en la Jonia o en las Islas Británicas y tampoco en los Andes ni en ningún otro lado.
Los Hombres que crearon las Pirámides, Stonehenge, las líneas de Nazca, Saqsaywaman y el Arte de las Cañas, no poseían conocimientos científicos en el moderno sentido del término. No calculaban la precesión de los Equinoccios y, por cierto, tampoco disponían de extrañas tecnologías Extraterrestres.
Aquellos seres Humanos, nuestros Antepasados, miraban el Cielo Estrellado y sentían el Cielo resplandecer en el Alma. Escuchaban la Naturaleza hablar… y la Naturaleza contaba una Historia: μύθος (Mito), Pirki: el Cuento de la Pachamama… la Tradición.
Poder escuchar ése Cuento era -y sigue siendo- la única, verdadera Magia.

Así es como nace la Música de las Cañas y sus múltiples declinaciones, para unirse al Cuento Cósmico (道) y participar de su Armonía: Kόσμος (Cosmos) significa Orden.

Phusa.
Una Via, una Doctrina: el Viaje.

Grabado en la así llamada ‘Puerta Mágica’ de la Villa del Marqués de Palombara, en Piazza Vittorio Emanuele (Roma), se halla el siguiente epígrafe bifronte: SI SEDES NON IS (si sientas no vas)

Dijo el Maestro Kong (孔夫子) «Cuando el Sabio indica a la Luna, el necio mira el dedo».

La voz de las Cañas nos llama desde horizontes Hyperuránicos: Υπερουράνιος τόπος… un lugar más allá de los Cielos. Allí es donde hay que dirigir la mirada antes de emprender éste Viaje. De derecha a izquierda: SI NON SEDES IS (si no sientas vas)
Es un Viaje interno, esotérico y ΜΥΣΤΙΚÓ (Secreto) hacia el Origen, durante el cual abandonaremos paulatinamente las vanidades del Mundo para volvernos ΜΥΣΤΑΙ (Iniciados)… Phusiris.

Cuenta la Leyenda que los Sátiros (Σάτυροι) fueran grandes tocadores de Flauta y que encantasen con su Música.
Estas criaturas Silvestres -Hombres por mitad y por mitad Cabros, adictas al Vino, a las Flautas y a juguetear con las Ninfas (Νύμφες)- nos teleportan directamente a un deslumbrado 15 de mayo Conimeño, lleno de Satiris e Imillas coloridas que, ebrios de Sol y de Música, saltan y danzan alrededor de nutridas cohortes de Phuisiris… San Isidro Labrador. Todo es puro Símbolo en éste Pandemonio (Πάν δαιμόνιον) onde Sátiros rodeados de Centauros y Silenos exhiben llamativas erecciones entre míticos sembradores Aymaras Satiris que agitan fálicas Chakitaqllas… Ahuilas, Militares, Yatiris y surtidas miniaturas de Deseos… Todos ellos capitaneados por Πάν (Todo) y sus Flautas Σύριγγες (Siringas).

ΣΑΤΥΡΟΙ (Sátiros) Felice M. Clemente – 2020

Toda una Mágica Oda a la Fertilidad y a la fuerza vital de la Φύσις, de la Naturaleza.
Y de pronto accedemos al pensamiento Adual: un solo Principio (τὸ ὄν), una sola Naturaleza (道) y la posibilidad de Conocerla… o no.

Todo aquello que es contrario al Tao no puede durar

El Poeta Rumi ( الدین دمحم یمور) infiere que cada Forma esconde un Significado y allí es donde hay que apuntar; entonces… ¿Cuál sería el Significado del Sicu?

Él no se luce, por eso Resplandece.
No se impone, por eso se Manifiesta.
No se jacta, por eso tiene Éxito.
De hecho, precisamente porque no pelea, no hay nadie en el Imperio que pueda luchar con él.

He aquí expuesto el antiguo precepto del Wu wei (無爲), del cual el Jjaqtassiña Mayor Sicuriano profesado en Opus Primum es pragmático punto de caída: la Conciencia de cuando actuar y cuando no actuar.
Wu: no tener, wei: acción.
Literalmente: sin acción o, mejor aun, ninguna acción.

Aprender el Arte de las Cañas -jugar con la Muerte (Aya)- es un Viaje oscuro en el Silencio del Vacío (Σκοτεινος Ταξίδι)… y la Via de la Caña siempre está Vacía: a pesar de su Milenario uso, ella nunca se llena y sigue Fresca y Fragante para todo Phusiri que quiera recorrerla.
En su tratado, universalmente conocido como la “Física”, Aristóteles escribe [ el espacio Vacío es un lugar que no se halla llenado por un cuerpo, pero que tiene la capacidad de ser llenado ]… pero más deslumbrante aun será, para nosotros, descubrir el Significado del verdadero título de ésta Obra que es ΦΥΣΙΚΗΣ ΑΚΡΟΑΣΕΩΣ, es decir: “Escuchando la Naturaleza”.

Pues, del mismo Vacío habría brotado el Universo entero, de hecho no podemos excluir que el Cosmos (Kόσμος) se haya materializado de la nada, tras una gigantesca fluctuación cuántica del Vacío: las más actuales Leyes de la Física no excluyen tal eventualidad.

Phusa.
Una fluctuación en el Vacío. Una Vibración en el Aire.

Así es como el “hay” presenta oportunidades que el “no hay” transforma en utilidades.

La Némesis de Ira y de Arca. Nέμεσις: personificación de la Justicia Distributiva, del Antiguo Griego νέμω (némō): distribuir, dividir, asignar… Laquita.
Con la ayuda del Vocabulario de Padre Ludovico Bertonio (1552 Rocca Contrada/Ancona/Italia – 3 de Agosto 1625, Lima/Perú) entremos en este Concepto y su Semántica por la Puerta Grande del Aymar Aru:
Laquita: Lo apartado, o auer apartado.
Laquikhtatha: Apartarfe los que eftauan juntos, abrirle. Laquikhatatha: Repartir a muchos, o començar.
Laquimucutha: Poner a parte lo que fe diuide, o reparte, dexando lo de mas en fu lugar, o dexandolo ir.
Laquinoctatha: Juntarle de fuyo las cofas diuididas, cada parte en fu lugar.
Laquiquipa laquirurutha: Apartar, diuidir mas y mas.
Laquiratha: Efcoger lo mejor.
Laquithapi laquirutha: Juntar de muchas partes…

La Imagen del Príncipe Laquita: Escogido que aparta, divide, reparte y luego vuelve a juntar lo distribuido ad perpetranda miracula rei unius (para perpetrar el milagro del Ser único).

He aquí, entera, la Poética del Sicu. Su ἔθος (èthos), es decir su Carácter, comportamiento, hábito y costumbre: su Ética y Aesthetica. Mas, ¿Como hacer ahora para distinguir si nuestro Interlocutor es efectivamente un Poeta (Poseído por el Dios) o solo un charlatán o el tontito del pueblo? Fácil, dice Platón: su Obra debe actuar sobre nosotros.
«Como la Piedra que Eurípides llamó “Magneto” […] esta Piedra también, en efecto, no solo atrae los Anillos de hierro, sino que también infunde una fuerza en los propios Anillos, de tal manera que, a su vez, éstos puedan producir el mismo efecto de la Piedra y atraer más Anillos: de este modo, a veces, se forma una larga cadena de Anillos que toman el uno del otro… y todos dependen de la Fuerza de aquella Piedra.»

Phusa.
Una Puerta.
Una Puerta en los Andes… como el Willka Punco de Tiahuanaco, el Inti Punco de Machu Picchu o el Arco de la Isla de Taquile.
En la Puerta Mágica de la Villa del Marqués, se hallan esculpidos los Símbolos de siete Cuerpos celestes, cada uno acompañado por una Frase críptica.
Siete Cuerpos… siete Fórmulas… siete Señoríos Aymaras, siete Metales, siete Colores para siete Notas.

El Viaje debe empezar abandonando lo que es Terrenal para elevarse hacia lo Celestial… Primera etapa: la Luna de Plata. Sicus de Lata. Latona (Λατώ), madre de Apolo, Diosa del progreso Tecnológico, protectora de la Tecnologia y de los herreros.

Luego el Sol de Oro, Willka, Inti… Ἀπόλλων (Apolo) cochero del Sol, Dios de la Música y de la Poesía. Voluntad de potencia e inteligencia que la contiene: Sicuri Conimense.

Entonces se revela Ψυχή: la Psique, Ajayu, el alma inmortal que impregna cada aspecto de la realidad… el mercurio hecho de ázoe (nitrógeno), el fuego que arde dentro de la Pachamama: Aarachi, Llano Aarachi.

Ahora es cuando hay que descubrir el λόγος (Logos)… Hermes (Έρμῆς), Thoth (G26), Visnu (“व$ण). Tercer Planeta: Mercurio.

Y ya llegó el momento de descubrir el Amor. La fuerza que une todo el Universo. La Venus de Verde Cobre. La Crisocola de los Alquimistas que mantiene juntas todas las piezas: Sicuri Imilla.

Pero para lograrlo, primero es preciso destruir lo existente: romper certezas y convicciones. Ésa es la destrucción causada por Marte, el Marte de Hierro Rojo… Solve et Coagula: disuelve, destruye lo que fue y vuelve a recomponer la unidad del Todo.
Marte corresponde al Egipcio Dios Seth, al Hindú Shiva, Destructor de los Mundos: Chiriguano.

Recomponer ahora la unidad es tarea de la Mágia: μαγική τέχνη. Por ende debe de surgir la Razón Ordenadora, la Διάνοια (Diánoia) Platónica, para empezar a vislumbrar las formas de la geometría, de la matemática… la belleza del divino Arquitecto.
Aquí está Júpiter, hecho de estaño Azul: la Micrónica Sicuriana, μουσική τέχνη.

Saturno. Sin embargo el Viaje solo se cumple accediendo a la Intuición inmediata de la Naturaleza a la cual pertenecemos. Solo así llegaremos a completar la Obra (Magnum Opus) y nos reuniremos con la Caña…

Cuenta otra Leyenda, transmitida por el erudito Francesco Girolamo Cancellieri, que un Peregrino llamado Stibeum (antimonio) fue hospedado en Villa Palombara por una Noche. Éste, identificado con el Alquimista Francesco Giuseppe Borri, tamizó los jardines del Palacio en busca de una misteriosa hierba capaz de producir el Oro. A la mañana siguiente lo vieron desaparecer para siempre a través de la Puerta, dejando atrás suyo algunas pajitas de Oro, fruto de una exitosa operación alquímica, y un misterioso papel lleno de Enigmas y Símbolos Mágicos que debiera contener el Secreto de la Piedra Filosofal.
El Marqués, tras numerosos intentos de descifrar el contenido del manuscrito -y otros tantos fracasos-, decidió volverlo Público haciéndolo grabar en las cinco Puertas de la Villa y sobre los Muros de la Morada, con todos sus Símbolos y Enigmas, en la esperanza que un día alguien pudiera descifrarlos.

Phusa.

Raffaele M. Clemente
Il Laboratorio delle Uova Quadre

[1] La palabra Griega Χάος (Caos) a su vez viene de una forma más antigua que corresponde al Latín Cavus (Hueco). Luego se pasó del significado de «Espacio Vacío» a él de «Masa Desordenada» (indistinta).
El Caos es cuanto existía, según la Mitología Griega, al Origen de todo, antes de los Dioses y del Mundo. En los Mitos probablemente más antiguos el Caos era concebido como el Vacío.

OSCAR Y ESTEBAN

Hemos tenido dos decesos importantes de aquellos que no salen en las noticias y que podrían tranquilamente pasar desapercibidos; pero que nos tocan profundamente el alma y nos dan que pensar.

La combinación entre los dos es tan singular cuán inevitable. Fue la misma muerte en decretarla.

Estamos hablando de dos bolivianos de origen social totalmente distinto; pero ambos protagonistas, cada uno a su manera, de la historia reciente de esta extraña entidad que llamamos Música Andina y que no desdeña para nada la idea de tomar la vida de aquellos entre nosotros que se la quieren obsequiar.

Oscar

Querido Oscar Alarcón, la Música que tanto nos apasiona no tiene escuelas ni maestros oficialmente reconocidos, ningún camino trazado para llegar a desentrañar sus secretos. Ambos sabemos muy bien que los que la producen no están mínimamente en condiciones de entregársela a quien sea y así, para nosotros, siempre será una caja cerrada, un cofre que forzar. Sea como sea, así nos gusta Ella. Nos identificamos y, muy generosamente, ponemos la vida en juego con tal de correr detrás de esa quimera.

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“Osito”

La cerradura

Ahora, somos nosotros en quedar encerrados en su caja y tenemos que encontrar la forma de salir de allí; mas, la llave no está y, como para la pequeña Alicia, el bonito jardín queda afuera: de él sólo podemos divisar unos cuantos detalles, a través del ojo de la cerradura. El resto no nos queda más que intuirlo, imaginarlo… ¡Pero qué lindo sería poder darnos una vuelta por allá!

Querido, yo llevo esa cerradura grabada en la memoria; ni hablar del vislumbrante vistazo que pude entrever a través de ella!

El jardín

El bonito jardín está cuidado, ordenado y todo en flor. Los paseos lo dividen en sectores, cada uno dedicado a  una particular especie de flor, tal como un jardín botánico, y las floraciones se turnan doce meses al año, de tal manera que el bonito jardín se ve siempre vestido de fiesta.

Pero lo más lindo es que, una vez ingresados, ¡todos los sectores están abiertos y a nuestra disposición, sin ningún tipo de restricción! ¡Ay qué parque maravilloso! Conozco más de uno que pagaría para poder entrar, aunque sea por un ratito…

La búsqueda del tesoro

Pero lo siento: no hay boleto. Aquí se necesita la llave… ¿Dónde está? ¿Quién la tiene? ¿Dónde habrá quedado? Tal vez debajo de la alfombra…? O, más probablemente, en los bolsillos de alguien que anduvo por allá y, a lo mejor, ya se olvidó que la tenía… ¿A quién se lo preguntaremos? Con tal de tener un pequeño indicio, una mínima información…

Y es en esta curiosa “búsqueda del tesoro” cuando empiezan a asomar los personajes más impensados, improponibles y, a menudo impresentables: los únicos, en todo caso, en tener algo que decirnos al respecto; quizás una breve anécdota, dos palabras seguidas, una oscura indicación… Y eso es todo.

Los “personajes de la Música Andina”

Un Esteban Jarro o un Bonny Suaznabar (que iba tirando en una barraca debajo del ferrocarril de Huancayo) forman parte de esa compañía no menos extravagante que el Sombrerero Loco o el Gato Cheshire consultados por la pequeña Alicia, en su espasmódica búsqueda de la entrada al jardín maravilloso, justamente.

Los conserjes y los jardineros del misterioso parque de la Música andina, por lo general, son gente pobre, a veces pordioseros, lisiados o cieguitos, como el coloso Leandro Apaza, capaz de enfrentar la gran piedra de los doce ángulos con su arpa cusqueña, sin quedarse atrás en lo más mínimo!

Esteban

Y nuestro querido Esteban Jarro, con esa su vocecita aguda que parecía ser el eco de sí misma en otra dimensión; una dimensión de gran paz, ordenada como el famoso jardín; de donde, en cualquier momento podía aparecer algo: un relato, una canción, una alegría, una pena… O también, todo eso trenzado junto como formando una pequeña trama, nada extraordinario: sólo cinco minutos en la esquina de una calle.

Él no te quitaba más tiempo. Era tímido y sintético como duende.

Dejaba caer la semilla, la perla viva, distraídamente, como por casualidad y luego, mientras tú te quedabas soñando a ojos abiertos, él ya se había ido.

Jarro

-Espere, Don Esteban, deje aquí su Jarro y sírvanos algo más para tomar!

¿No ve? Aquí estamos con su paisano Oscar, ansiosos de beber todavía un sorbo de agua fresca desde su inagotable Jarro.

«Estimados señores, ¡nunca se diga que uno como yo los haya dejado con la boca seca!

Nosotros los “personajes de la Música Andina” (me refiero a los verídicos y no a los estafadores que también abundan) siempre estamos listos para entregar algo de lo nuestro, si se nos solicita con sincero interés.

Nos damos perfectamente cuenta que no ha de ser nada fácil reconocernos por lo que somos realmente; es más, en la mayoría de los casos, es difícil hasta vernos, en medio de tanta multitud, acurrucados contra una pared, en una calle o en el medio de un mercado.

Para nosotros, el simple hecho de ser tomados en cuenta ya es un regalo que nos confunde y emociona. Por eso, aquí estoy una vez más, listo para devolver su cortesía.

Un pedacito de la llave

La llave que buscan ustedes yo no la tengo toda entera, de ella sólo me quedó un pedacito que les entrego con todo gusto, porque a mí ya no me sirve.

Queridos amigos, no hay que fosilizarse en el charango! ¡No hay que dejarse vencer por sus sortilegios! ¡Sean hombres de verdad hasta las últimas consecuencias: libérense!

… Saxofones, acordeón, piano eléctrico… ¡¿Qué importa?!

La Música Andina es una gracia muy especial, elegante, emotiva, festiva, que puede servirse de cualquier cosa.

Los nuevos sectores del jardín

En este sentido les informo que el jardín todavía no está acabado y que varios jardineros -más o menos de incógnito como yo- ya están trabajando a los nuevos sectores, diseñados como para alojar flores exóticas aún totalmente desconocidas.

Ahora mismo, mientras sepultan los vivos y matan a los muertos, la gracia está obrando sin permitirse un momento de descanso, se los digo yo que sé ver lo que muchos no ven.

El verdadero nombre

Me llamaron alguna vez Esteban, pero mi verdadero nombre es aquel que el sabio Ulises reveló al ávido Polifemo, justo antes de sacarle ese inútil ojo inquisitivo, de expresión entre mugrienta y boba.

Y con eso, por hoy es suficiente; volveremos a hablar del tema más adelante, la próxima vez que nos encontremos… Total, ya saben, yo ando siempre dando vueltas por ahí.»

Felice M. Clemente
Il Laboratorio delle Uova Quadre

Esteban Jarro

OBRA PLÁSTICA de Felice M. Clemente

Caras morenas de gentes desconocidas; flautas neolíticas enormes y surrealistas, verticales, traveseras, curvas, amarradas con tripas y, todavía, flautas de pan de cualquier forma y medida cortadas a la cuchilla: tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, trece y diez-y-siete tubos junto con enormes tambores de cuero y atuendos de plumas, sombreando dichas caras bajo un sol altiplánico… Pero ¡¿quién es toda esa gente?!


IL FLAUTO INDIANO n° 2 (Los Calchakis / Barclay, 1970)

¿Qué van haciendo esos ejércitos de sopladores nativos armados de todas esas flautas descomunales y desconocidas?

¡Cuántas preguntas sin respuesta!

¡Cuántas frustraciones para nuestras legítimas ganas de conocer!

Estas eran las portadas de los LPs de la discografía andina de los años dorados. Todo un carrusel de formas y colores se veía en el estante dedicado al “Folklore Andino” de las grandes tiendas de esta parte del mundo. Y tan solo sobre la base de ese tipo de iconografía (¡que mejor se adaptaría a una agencia de viajes organizados que a un género musical!) teníamos que escoger cuál de los disco a la venta llevarnos a casa, puesto que no había la posibilidad de escuchar nada antes de comprar.

Haciendo sonar los discos en nuestro tocadisco, muy pronto descubrimos que, por más impresionantes y extraterrestres que fueran las fotos de sus portadas, ¡el contenido musical era siempre el mismo! Mismo cuarteto: quena, charango, guitarra y bombito leguero con la eventual participación de un special guest llamado Siku ¡y las piezas también! Siempre el mismo repertorio hecho de sólidos “caballos de batalla”, con una que otra tímida novedad o -mejor dicho- pequeña variación sobre el tema.

Pocos viajaban a los Andes desde aquí en los años Setenta; por ende el corte “turístico” tal vez hubiera podido justificarse: poder de las “nuevas tecnologías”… ¡Poder viajar a los remotos Andes desde el sillón de tu propia casa!

Sin embargo, lo que de ninguna manera nuestro pequeño e inocente entendimiento podía perdonar era la “estafa”. No eran paisajes, restos del pasado o gente cualquiera los que aparecían en esas portadas; eran mayormente Músicos Andinos, en el acto de tocar su propia Música con sus increíbles instrumentos. ¿Por qué, entonces, la música que se mostraba era una y la que se escuchaba era otra? ¿Quién era esa gente que, sin saberlo, “daba la cara” por esa “otra” música que, evidentemente, no era la suya; esa gente sin nombre y sin representación musical en el estante del “Folklore Andino”?

Y, además, ¿Será admisible sacar postales turísticas para promocionar un lugar y su cultura, utilizando las caras de la gente y sus costumbres de vida como si fueran ruinas, paisajes y animales típicos de la región? Misterios de los Andes… ¡Misterios que nos tenían hartos!

Si quieren ocultar la parte audio de sus tradiciones musicales, ¡¿por qué siguen vendiendo su imagen tan descaradamente?!

Sin embargo, la provocación de aquellas imágenes tan llamativas y sugerentes fue, sin dudas, una poderosa invitación a buscar “detrás de la pantalla”, en vez de conformarnos con la Música Andina que venía ya pre-confeccionada especialmente para nuestros oídos.

Corrimos entonces la primera cortina de esta Música y empezamos a buscar su “versión tradicional”, descartando los discos de los grupos afamados en favor de las grabaciones etno-musicológicas que emergían de la nada, sólo de vez en cuando, de entre medio de tanta pacotilla.

Pues, fue justamente a partir de ese tipo de materiales que grabamos nuestra primera obra en el formato de un doble LP y llegó el día en que nos tocó a nosotros mismos enfrentar el problema de la portada.

Puesto que el contenido “era” Música “Tradicional” o -mejor dicho- pretendía serlo, quizás nosotros sí hubiéramos podido meterle un Músico Andino, dando cara por Trencito de los Andes, sin nombre ni apellido…  Pero ¿qué hubiéramos ganado con eso? Un disco como cientos de otros… ¡Vaya originalidad!

No. Había que buscar una solución iconográfica más adecuada al contenido de la obra, una operación por cierto totalmente nueva, basada en el estudio y en la reinterpretación de los documentos etno-musicológicos de esta Música. Finalmente fue este último aspecto en guiarnos hacia la solución del gran problema: tal como la propuesta musical de Yawar Fiesta (así titulaba la obra) era Música Andina Tradicional por Trencito de los Andes, de igual manera, la imagen de su portada tenía que ser una “fiesta andina” por (filtrada a través de los ojos y los pinceles de…) Felice M. Clemente, en tanto ilustrador de grupo.

Este fue el primer paso de una búsqueda iconográfica ininterrumpida, siempre presente en nuestros discos y siempre inspirada en las distintas aventuras musicales que dichas obras proponían. Fue un largo viaje desde la periferia hacia el centro; desde la cáscara hasta los estratos más íntimos y secretos -o herméticos, si quieren- que fuimos descubriendo.

Revisando el orden secuencial de nuestras propuestas artísticas bajo esta perspectiva, puede apreciarse un camino espeleológico que se aleja paulatinamente de las “postales” didascálicas y figurativas, ahondando poco a poco en una dimensión simbólica y conceptual, por medio de representaciones cada vez más surrealistas y desvinculadas del aspecto exterior del fenómeno “Música Andina”, hasta llegar a la portada de Argento Vivo, donde el elemento andino infaltable, pero ahora totalmente conceptualizado y liberado de sus lastres culturales, puede fundirse con otros símbolos, en una visión futurista de la paradoja temporal típicamente micrónica:  “tiempo recuperado” (M. Proust).

Una mención especial merece el tema de la Música Aymara y -particularmente- el estudio iconográfico relativo al Sicu, en nuestros múltiples acercamientos a su esencia inaprensible.

Desde las carátulas de “Música Aymara”, re-interpretadas a veinte años de distancia para Continente Líquido; hasta la letra inicial de “C’era una volta il Sicu…”; el cerco estilo Movitón de proyecto Pariwana y ese querido flamenco volando sobre los indiferentes techos romanos, nos vamos alejando más y más del plano documental, hacia un registro simbólico-narrativo cada vez más sorprendente y definido.

Sin embargo, el punto de ruptura con respecto a los últimos vástagos de una iconografía “tradicional” se dio con la portada de Opus Primum. Allí el ingreso en la cavidad ventricular de esta Música se halla representado por la herejía de la fractura de su involucro externo tradicional/costumbrista: el “Sicur Muñeco”. Más allá de ese semblante, es decir, más allá del propio Phusiri aymara tañendo su Phusa, se abre un horizonte filosófico y metafísico totalmente desconocido, cuyas representaciones visuales falta plasmar todavía. Dibujos visionarios -y aún inéditos- cuales “el Zampoñero de lata” o el “Hombre-sicu” son los primeros intentos en este sentido.

En esta nueva dimensión “ultra-tradicional” se revelan otrosí los nexos profundos entre el mito y la filosofía andina y otros complejos arquetípicos de las culturas más antiguas del planeta. La ilustración de los dos sátiros que bailan y tocan en pleno Satiri conimeño (Σατυροι), con su intento a la vez profundamente respetuoso y provocatorio, quiere abrir un desgarro en la cortina de la tradición andina con sus rígidos protocolos, la misma que nos atrae y enreda en el laberinto de su aparato festivo, tapándonos a la vista la evidencia simbólica: el “rey desnudo”, el sátiro de la antigua Grecia, resucitado en nuestro mundo por cierta manera -casi extinguida- de hacer dialogar las cañas sin frenos inhibitorios, en un juego erótico y creativo sin fín.

Con una obra en cierto modo parecida, hace poco menos de dos siglos, Edouard Manet abría paso al Impresionismo. El cuadro extraordinario que puso en ridículo a la cultura intelectual-burguesa de su tiempo titulaba: Le déjeuner sur l’herbe.


LE DÉJEUNER SUR L’HERBE (Édouard Manet)

Así, en las distintas representaciones que fui llamado a plasmar, queda documentada la historia del apasionado investigador que, de tanto absorberse en su trabajo, se compenetra con su objeto de estudio al punto de fundirse con él. Ya no es el intérprete nativo con su arcaico instrumento y el investigador que estudia el fenómeno; el primero en desaparecer es el propio investigador, volviéndose intérprete a su vez, de tal manera que pasamos al íntimo romance del hombre con su caña: Phusiri y Phusa, segunda encarnación de ese proceso evolutivo de muertes y re-naceres; mas, todavía falta la tercera: ahora le toca al Phusiri volverse caña, “hombre-caña”, un ser totalmente renovado de potencialidades desconocidas. Esta es la criatura que estoy pintando últimamente.

Felice M. Clemente
Il Laboratorio delle Uova Quadre

El Tren

para D. H. Varela

Por dentro…

Mi trencito de madera
donde quiera va a correr.

No se cansa ni descansa,
chu-cu chu-cu, por el riel.

Es de carga y es expreso,
muy travieso por doquier.

Baja, sube y echa humo
como nubes de algodón.

De repente, insolente,
echa nubes de carbón.

Se alborotan los caballos
y las vacas al pasar.

¡Los boletos de primera!
¡Los boletos de tercera!

Y la gente, de repente,
se comienza a preparar.

La campana les avisa
que de prisa hay que bajar.

Y, en mi sueño, soy el dueño,
chu-cu, chu-cu, de este tren.

… por fuera.

(Canción y gráfica extraídas del “Silabario Hispanoamericano” de Adrián Dufflocq Galdames / Dibujos de Felice M. Clemente)

SEVEN STAR MANTIS KUNG FU 七星螳螂拳崔永成龍獅團

Hola un saludo desde Ecuador!! Amo mucho su música. Podrían poner esta letra en español por favor, entiendo ciertas partes y me gustaría saber todo su contenido, muchas gracias!!!


SEVEN STAR MANTIS KUNG FU (Letra)

Estrofa 1:

T’ijsiq Taita Wong Long kara
Sing Sil Taita qhatiq kara
Iskayñiqen mit’amanta
Sinchi Apu Lee San Chin
Jatuy Jachay Wong Wing Sang
Paypas kara Militar
Watamanta Fang Yu Tong
Pachaq-Iskay-Chungayoc

Estrofa 2:

Pichka Kung Fu jawarmantas
Rëjsiq kara Lo Kwan Yu
Qëllay wijsa Rumi maki
Nispa niras paymanta
Sojtañiqen mit’as kara
Suma suti Chiu Chi Man
Yachaywasi Tiachira
Hong Kong Jatun Llajtapi

Estribillo:

Qhëpañiqen Wing Lee Kam
Ñachu Qanchis Mantis kan

Fuga 1:

Canchaman Mantis Runas
Pugllasun Kung Fu (bis)
Wawkëpurallakuna
Maqanakusun
Sinchipurallakuna
Sirichinajun

Fuga 2:

Yaw jayuy Sumaj ch’aqë
Amá manchaway (bis)
Jaku ñoqa Suyayki
Jallallas nispas
Mana maqanaykichu
Qampaj Tai Chi Chuan

SEVEN STAR MANTIS KUNG FU  (Traducción al Castellano)

Estrofa 1:

Wong long fue el iniciador
Sing Sil su seguidor
En segundo lugar
El poderoso señor Lee San Chin
El gran sabio Wong Wing Sang
Que también fue militar
Luego fue el turno de Fang Yu Tong
Que vivió ciento veinte años

Estrofa 2:

de los cinco jaguares del Kung Fu
Lo Kwan Yu fue el más famoso
“Vientre de Acero y Manos de Piedra”
Le decían
En sexto lugar tenemos
Chiw Chi Man con su lindo nombre
Quien fundó la escuela
de Hong Kong

Estribillo:

Por último vino Win Lee Kam
Y ya están los siete Mantis

Fuga 1:

A la cancha hombres-Mantis
Para hacer Kung Fu (bis)
Pelearemos tan solo entre hermanos
Solo entre valientes lucharemos

Fuga 2:

Oye, mi lindo adversario
No le tengas miedo a los golpes (bis)
Vamos, te estoy esperando diciendo ¡Jallallas!
Si no quieres pelear, para ti está el Tai Chi Chuan



Hola amigos nuevamente, esperando que estén pasando a salvo en estos momentos, les envío mis saludos y un fuerte abrazo desde Ecuador.

Quiero comenzar pidiendo disculpas por ser tan molestoso con ustedes pero es que en verdad me encanta su música, crecí con ella desde el ’98 hasta la actualidad, es por ello que amo su trabajo y mas claro está el trabajo que han hecho de Ecuador y por Ecuador.

Tengo muchas inquietudes con respecto a sus obras….


The 32th Weifang International Kite Festival
Festival Internacional de Cometas en Weifang, provincia de Shandong, en el Este de China

Hola A.,

no tienes por qué disculparte… Tus inquietudes con respecto a Seven Star Mantis Kung Fu son más que justificadas y muy bienvenidas.

¡Ojalá recibiéramos más preguntas sensatas sobre nuestras inspiraciones y procedimientos creativos! Pero nada.

Seven Star es un caso de los más asombrosos: todos lo escuchan, todos lo bailan, pero a nadie interesa que mismo dice la canción: parece increíble, ¿no?

¡Por suerte, después de algo de 23 años, asoma un tal A. con las preguntas que esperábamos desde decenas de años!

Hoy se cierra un largo ciclo.

Una inquietud no es algo que tenga sentido sugerir a la gente: «¡Hazme esta pregunta, por favor!». Es algo que debería surgir espontáneamente en la cabeza de nuestros interlocutores: una reacción natural, vital e inteligente, al estímulo presente en la Música -en este caso- o en cualquier otro tipo de comunicación. Estímulo y reacción… Pregunta y respuesta… Transmisor y receptor… ¿Crees en el poder explosivo del diálogo?

Nosotros sí.

¿Pueden unas cuantas palabras cambiarte la vida?

Si unos cuantos sonidos bien puestos lo pudieron, pues, ¿por qué no podría pasar lo mismo con un trencito de palabras enganchadas unas a otras como vagones?

… Sobretodo si éstas palabras van cargadas del mismo conocimiento que generó la mencionada secuencia de sonidos.

Así que gracias más bien por preguntar, rompiendo el añejo hechizo y despertando la “princesa dormida” en el “castillo encantado” de Seven Star, el mismo que todos divisan sin que nadie sepa qué mismo contiene. La “princesa” en argumento es la respuesta que viene a continuación.

Esta respuesta nunca hubiera existido sin que alguien pronunciara la relativa fórmula mágica, una fórmula que ha de presentarse en modo interrogante.

El sortilegio  no se halla ni en la primera, ni en la segunda de tus preguntas: es la tercera, la cual -aunque en un orden diferente- incluye todas sus palabras claves. ¡Allí está lo que de verdad vale la pena saber! El resto puede ser interesante y hasta revelador, mas no representa el corazón de todo el asunto.

(Con respecto a Seven Star Mantis Kung Fu) 

1.-¿Qué idioma es el que usas para esta canción?, reconozco un poquito el Kichwa y el Quechua pero hay cosas que no.

Querido A.,

el Kichwa/Quechua/Quichua/Quetchua/Qheshwa etc. es una entidad polifacética.

Como lo sugiere esta misma serie de denominaciones, todas sacadas de muy acreditados Diccionarios y Manuales de Enseñanza del Runa Simi, por donde la mires, dicha entidad se ve siempre diferente y, sin embargo, es siempre la misma. Por ende resulta que, al hablar de Kichwa, es necesario añadir algo más: ¿de qué Kichwa estamos hablando? ¿De dónde etc.?

En cuanto al Kichwa de Seven Star Mantis Kung Fu, éste pertenece a una categoría nueva: es un Kichwa literario/escrito y no hablado.

Podrías pensar: «¿Finalmente qué diferencia hay? Si yo puedo escribir lo que hablo, transformo un Kichwa oral en un Kichwa escrito, ¿o no?»

No. Transcribir el Kichwa hablado no es lo mismo que componer un texto en Kichwa.

El procedimiento es distinto y el resultado, ¡aun más todavía!

La diferencia reside en el estudio y consiguiente uso consciente de los patrones lingüísticos. Gramática y Sintaxis constituyen todo un nuevo acercamiento a la “lengua natural”, como la llamara el Inca Garcilaso. Un acercamiento que investiga el por qué las palabras se disponen en cierto modo y cuál es la función de cada una de ellas en el marco de la oración.

Ahora, querido A., tú sabes muy bien que nosotros somos italianos y que todo el Arte que produjimos siempre fue trabajado a este lado del mundo (nuestro tiempo en los Andes fue mínimo si comparado a la cantidad de años que destinamos a la Música Andina). No debería sorprenderte, entonces, aprender que nosotros no somos Kichwa-hablantes ni mucho menos.

¿Con quién hablaríamos Kichwa aquí en Italia?

Radicando en Italia, ¿acaso podríamos “vivir en Kichwa”?

Y de encontrar un buen interlocutor madre lengua, ¿qué ganaríamos en aprender su dejo regional y sus peculiares formas de decir (que tan sólo constituyen un epifenómeno del saber que necesitamos adquirir )?

¿Cómo solucionar el problema entonces?

¿Cómo hacer -por ejemplo- para comprender las letras de las canciones tradicionales de todas las áreas kichwas de los Andes, y poder cantarlas sabiendo lo que estamos diciendo etc.?

La solución, una vez más ha sido el estudio, personal y autodidacta, de todo el material que pudimos conseguir.

En tanto responsable de la mayor parte de los textos de nuestras canciones, me encargué personalmente de enfrentar ese reto con mucha pasión.

Más tarde, en uno de nuestros viajes allá, me encontré a mí mismo explicando a una quechua-hablante del Cusco como funciona su lengua, aún estando lejos de saber hablarla tan fluidamente como ella. Evidentemente, no era el propio Quechua la materia de mi enseñanza en ese caso; pues, ella conocía perfectamente su Quechua; lo que desconocía eran las superestructuras de la lengua, las mismas que hacen que algo quede bien dicho o remendado de alguna manera o bien rotundamente incorrecto. Dichas superestructuras son las que nos permiten explicar la belleza de un poema, sin abandonar el dominio objetivo de la propia expresión verbal.

Ahora bien, volviendo a Seven Star, sus versos fueron compuestos en un Kichwa, tal vez inexistente, pero comprensible, siendo cosecha de mis estudios de aquellos tiempos sobre las varias declinaciones de esa lengua. Claro está que no me refiero a los nombres chinos de los Maestros de Artes marciales, los cuales quedan como gemas exóticas engastadas en la fonética Kichwa… Y aquí ya estoy anticipando la respuesta a tu tercera pregunta.

En resumen, más allá de haber satisfecho tu curiosidad, ¿qué hay para rescatar en esta respuesta?

La sugerencia es empezar a trabajar e investigar las superestructuras (¿patrones?) tanto del Kichwa como de cualquier otro lenguaje que nos interese profundizar (¿Música Andina?), hasta encontrar sus lógicas internas de funcionamiento, estrictas y coherentes (¡siempre las hay!) y luego empezar a movernos en dichos universos, con la aguja de nuestra brújula bien polarizada.

2.-¿Los personajes que mencionan en la canción existieron de verdad o son creados para esta canción?

Esta pregunta es un tanto inútil y aburrida…

Una respuesta antipática podría ser: ¿por qué no buscas tú mismo en Internet antes de solicitar respuestas que implican el sentarse a escribir?

Sin embargo, vale la pena destacar aquí que, si los personajes de la canción fueran inventados, ¡no pasaría nada con ella!

La inspiración fuerte de esta obra surge desde un estilo de Kung Fu existente que, en algún momento de nuestras vidas, nos hizo soñar.

¿Qué sentido tendría inventar un Kung Fu con tantos que ya existen?

¿Puede inventarse el Kung Fu?

¿Puede inventarse el Sanjuanito?

La invención pura no vale mucho en el campo del Arte.

Si no tiene raíces en lo real, se parece a una cometa a la merced de los vientos. Otra cosa es cuando una propuesta vanguardista ahonda sus raíces y sus razones de ser en esas poderosas y milenarias estructuras pre-existentes, que conforman el tejido mismo de la realidad tal como la percibimos. En este caso, la obra se introduce en nuestra privacidad cotidiana como un aliento de aire fresco por la ventana, para nunca más abandonarnos. No pasa de moda; todo lo contrario: se cuadra en nuestra existencia, ampliando nuestros horizontes sin remedio y allí queda, como la vida misma. Tan solo el tiempo podrá darnos razón de su verdadero poder revolucionario.

Además ten presente, querido A., que, desde un punto de vista literario, la apuesta fue justamente relatar la verdadera historia del Kung Fu del Mantis, incluyendo -al estilo chino- la Genealogía completa de sus verdaderos Maestros, sin por ello traicionar la métrica “real” del Sanjuanito. He allí el mismo propósito trans-cultural que subyace toda la propuesta; es decir, fundir en una forma armónica e innovadora elementos verídicos/auténticos/profundos de culturas muy lejanas, creando acercamientos insólitos y efectos sorprendentes nunca antes escuchados. Un proyecto tan atrevido puede tener éxito solo y únicamente si sus ingredientes pertenecen realmente a los mundos culturales de referencia.

A este propósito te cuento que el señor que habla al comienzo y al final de la pieza es chino de verdad (dueño de un restaurante chino en Roma). Él nos cuenta, en su idioma maternal, la misma historia que la pieza musical relatará luego en idioma Kichwa literario.

La fonética del chino -tan espectacular por todos los que chinos no son- brinda su aporte a la obra bajo un perfil exquisitamente musical/cultural, creando un contraste inolvidable.

Cabe señalar aquí que la Música Kichwa nunca tuvo la posibilidad de figurar como huésped en una obra discográfica; pues, siempre fue ella el elemento exótico, frente a las culturas hegemónicas mestizas, blancas, urbanas, latinoamericanas etc. de hispana memoria.

Enfrentarse con otras culturas y sonoridades del globo, por una vez de igual a igual
¡es increíblemente novedoso para ella!

¿No te parece genial la secuencia inicial que, en una manada de segundos, lo dice todo?

Me refiero a la transición en la cual el hombre termina su discurso en Chino y, con un toque de Gong (muy “chino” y muy “Zig Zag” al mismo tiempo), el bandolín arranca con su timbre de campanita y su modo de llevar el ritmo fraseando, acompañado por una guitarrita ligera, crepitante y bailable que tambíen, a su manera, es capaz de cantar el tema ¡De lo más imbabureño que pueda haber!

Personalmente, sueño con un oyente chino para Seven Star Mantis Kung Fu -a lo mejor un practicante del mismo Arte Marcial- … ¿Qué pasaría en su cabeza y en su alma? Qué colocación tendría esta canción dentro de su mundo?

3.-¿De dónde y cómo nace la idea de esta canción? Es simplemente hermosa y es un San Juanito pero ¿por qué la letra hace referencia a Oriente?

A esta pregunta -que es la más importante- acabamos de contestar. Sin embargo quisiera añadir un par de cositas.

La primera es una reflexión sobre el mencionado tema de la Genealogía.

¿Cuál es la diferencia entre las tradiciones chinas y las andinas?

Allá existen escuelas y referentes históricos de los cuales se recuerdan y honran los nombres, remontando hacia las más remotas épocas; aquí en los Andes en cambio, donde todos hablan de los “Tíos”, los “Taitas”, los “Viejos”, “Los-de-antes” etc., afirmando que ellos eran los “Grandes” y que sí, manejaban un conocimiento cumplido de la Música Nativa, ¡no existe ni un solo referente claro!

¡Ni un solo nombre ha quedado a flor de historia entre todos los que han forjado esa Música, siglo tras siglo, con sus propias manos! ¡Sólo olvido y nada más!

Profundamente cansados del proverbial anonimato que acompaña la Música Andina -Música “de todos y de nadie” (… de “Los Nadies” de Eduardo Galeano ¿?)- pensamos que tal vez sería oportuno tomar el ejemplo de los hermanos chinos y empezar a dejar constancia de los héroes protagonistas de esta historia -si es que los hay-, aunque sea a partir de hoy.

En segundo lugar, quisiera mencionar algo sobre la estructura poética de esta “narración musical”, porque de eso se trata.

Seven Star Mantis Kung Fu tiene un desarrollo en tres partes, o escenografías, bien distintas.

La primera, a modo de prólogo, es la Memoria/la Genealogía, narrada confidencialmente por un trovador.

La segunda es la entrañable invitación al combate. La invitación a una altísima forma de compartir/competir entre hermanos, típica de las filosofías chinas y maravillosamente reflejada en los combates rituales de la San Juan, a golpes de zapateados (… al menos en un ideal imaginario).

El duelista respeta su adversario y se refleja en él a tal punto que es como si combatiera solo, en un proceso de total fusión de cuerpos e identidades.

Aquí es donde la misma violencia se halla sublimada en un rito glorioso, caballeroso, espiritual: conceptos tan altos que parecen casi inalcanzables, acompañados por una melodía y una armonía que casi duelen de hermosura y añoranza. Esta es la parte que me saca las lágrimas y, encima, ¡cantada en forma épica por Laura y Paola y no por altivos combatientes!

La tercera escenografía nos abre las puertas del mismo monasterio y nos lleva al centro de la cancha, donde tienen lugar todos los entrenamientos y los enfrentamientos.

Esta es la parte más sugerente. En una ficción auditiva, digna de Akira Kurosawa, el sonido profundo de los pies percutiendo el suelo y de los gritos sincronizados con el Gong, nos envuelve en una dimensión de ensueño de fuerte sabor oriental -aunque ni tan distante que digamos desde un universo cultural bien diferente- y es aquí cuando el toque de guitarra parece decirnos, con un guiño «¡Tranquilo: sigamos bailando San Juan!»

4.-¿La última parte de la canción es un cover de “Yana Urcu” de Jatun  Cayambe?

No nos gusta la palabra “Cover”.

Tiene un irremediable matiz peyorativo, como quien dice que la copia nunca puede superar su original. ¡Desconfiemos siempre de los “imposibles”!

En la tradición musical andina (y no solo) serían todas puras “covers” entonces.

Necesitamos urgentemente rehabilitar la copia, si es que queremos rescatar el patrimonio inmaterial de la Música Andina. Esta Música se aprende copiando; ¡vive de sus copias y se luce en ellas! Su estado de salud depende en máxima parte del buen nivel de las actuales versiones de los temas clásicos de su acerbo.

Te propongo entonces encarar el asunto no tanto bajo un perfil cronológico, sino más bien bajo un perfil cualitativo. En efecto, ¿quién dijo que la mejor versión de una música es la primera?

En este sentido nosotros ya desde hace mucho tiempo no tocamos piezas sin una propuesta, es decir, sin añadir algo más con respecto a lo que ya se ha dicho y hecho en el pasado.

Si preguntas por el documento audio de referencia, sí: es evidentemente Yana Urcu del disco Jatun Cayambe… Sin embargo, siendo ésta una melodía antigua y tradicional,  nosotros ya la conocíamos desde mucho antes que susodicho disco fuera publicado, en otras versiones anteriores al mismo Yana Urcu (empezando por esta, fechada 1978, youtube.com/watch); pero -como acabo de explicarte- es la calidad de la versión en mandar aquí.

Lo que quisimos hacer nosotros fue partir de una versión del tema que consideramos “destacada” (Yana Urcu) para dar un paso más, marcando un hito que quede como referencial. En este sentido la operación, sin dejar de ser un homenaje a Yana Urcu, no alcanzaría plenitud si no trascendiera dicha propuesta de alguna manera. Nuestro  aporte está en la perfección musical y técnica de la ejecución/grabación y, sobretodo, en la inclusión de una batería de Samba en el orgánico tradicional.

Seria muy importante para mí que pudieran contestarme. Y reitero mis disculpas por ser insistente.

Esperando haberte sido útiles, te enviamos un fuerte abrazo,

Felice M. Clemente / ILDUQ

Trencito

EL LAGO Y EL DESIERTO

Querida amiga, W. T.

Imagina un inmenso Lago y, en el centro, una pequeña isla de tierra.
El agua absorbe la tierra de las cuestas de la isla y esa tierra se diluye en el agua, sin que el inmenso Lago se percate siquiera de ello: ¡una pulga en el cuerpo de un elefante!
El inmenso Lago va sitiando ese pañuelo de tierra por todas partes y, a cada rato, éste último corre el riesgo de hundirse y desaparecer en el fondo del Lago.
Hay que luchar mucho; hay que trabajar muy duro para evitar que eso pase y al fin poder vivir tranquilos en la isla.
Hay que traer tierra, piedras, hay que fortalecer sus orillas, crear malecones y otras barreras protectoras; cultivar la tierra para que la vegetación compacte el suelo etc.

Ahora imagina un charco de agua en un Desierto.
¿Cómo hará para resistir al calor y a la sequedad para el bien de todos: plantas, hombres y animales?
Si el charco se portara como el Lago, absorbiendo la tierra del desierto que lo rodea, ¡en pocos minutos desaparecería!

Fíjate que los dos elementos son exactamente los mismos, son las proporciones las que cambian. Agua y Tierra son esencialmente antagónicos, enemigos, pues, la una es peligrosa para la otra y viceversa. Sin embargo, faltando una cualquiera de las dos, no hay vida. Solo tenemos desiertos: desiertos de agua y desiertos de polvo.

La vida misma en este planeta es el fruto de sinergías entre fuerzas contrastantes.
Si quieres cultivar un hermoso jardín de flores, necesitas armonizar esos dos elementos y mantenerlos bajo control.

Bien, ahora volvamos a la fatídica pregunta: ¿cómo puede un charco de agua sobrevivir en un desierto?
La respuesta es: si se trata de pura agua de lluvia, simplemente no puede; mas, si se tratase de un pozo con manantial subterráneo, entonces su persistencia dependería de la consistencia de su raíz profunda y del contacto que el ojo de agua mantiene con ella; pues, de interrumpirse el contacto, ¡ya no habría nada que hacer!
Sin embargo, ahondando en estas raíces, el charquito podría volverse un oasis y sabemos muy bien ¡cuál sublime hermosura tiene una flor en el desierto, un punto verde, palpitante de vida, sombreado y refrescante en medio de tanta sequedad y muerte!

Querida amiga,
cuando hablas de resiliencia y de adaptación de las culturas nativas como si fueran el secreto de la supervivencia de sus patrimonios intangibles, estás descuidando las proporciones y el factor tiempo (T).
Cuando el nativo agarró el violín, el bandolín, la guitarra, el rondín o el mismo melodión, había mucha más agua que tierra en su mundo; por ende, pudo nacer el violín indígena, el charango nativo, el bandolín de Natabuela, la guitarra galindo, el zapateado con rondín y tantas otras maravillosas flores, hijas de la fecundación entre dos elementos potencialmente destructivos el uno para el otro.
Sin embargo, sentimos decirte que ahora las proporciones ya han cambiado radicalmente y el Desierto se va comiendo el Lago a una velocidad impresionante. Por tanto recetas (hasta muy buenas) del pasado ya no sirven en el presente.

Mientras solo hubo una isla de cultura foránea en un inmenso Lago de culturas nativas, asimilaciones y mestizajes fueron fenómenos expansivos e impulsos evolutivos para el mundo nativo.
Mas, hoy en día tenemos un mundo único, constituido por una infinidad de pequeñas piezas desmembradas en constante conexión, interacción y competición sin reparo ni reposo.
Para enfrentar esta nueva situación, primero hay que asumirla y luego, sobre esa base, producir nuevas ideas.
La verdad es que las proporciones han cambiado en pocas décadas, volviéndose aplastantes… y actualmente nos toca asistir a un espantoso fenómeno de desertificación cultural.

Es más, ¿crees tú que en Europa -u “Occidente”, como les gusta decir- no seamos víctimas de la misma Globalización? Aquí tenemos exactamente los mismos problemas que tienen allá (¡y en todo el mundo!): culturas milenarias, saberes y memorias muy preciados se van quedando, relegados en un limbo fuera de moda, mientras una subcultura sin raíces ni perspectiva futura alguna sigue avanzando sin rumbo cierto, destruyendo todo lo que encuentra en el camino.
Créeme si te digo que ya no son los “gringos” o “blancos” u “occidentales” los verdaderos enemigos de las culturas e identidades nativas de los andes.
Frente al Gangnam Style o a una Pandemia, ¡la misma cultura occidental se encuentra totalmente desprevenida!

Tú confundes a menudo lo accesorio con lo fundamental, lo pequeño con lo grande, las flores del jardín con la delicada alquimia de tierra, luz y agua, necesaria para hacer que florezcan: confundes los efectos con las causas.
El concepto de “Belleza” es fundamental. El Sistema Estético, el Lenguaje Musical de referencia son causas. El bandolín es un efecto, una simple flor.
Tocar un bandolín no significa mucho -o mejor dicho- casi nada: ¡depende de cómo lo toques!
Vestir un chullo multicolor o un poncho doble cara, cualquiera puede hacerlo: ¡depende de cómo los lleves!

Aquí no estamos tratando de “salvaguardar diversidades”, o luchando por cada molécula de agua (H₂O) que aún nos queda, para luego hacer Rap con ellas… ese mismo Rap que escucha mi propio hijo en vez de estar tocando Sicuris! Diversificar el Rap no es ninguna solución: solo un espejismo más en el desierto.
El agua verdadera es otra cosa. Tan solo ella tiene el poder de refrescar y quitar la sed.
Nosotros no “defendemos” la Música Andina porque somos andinos ni menos benefactores de la humanidad o de los pueblos más desafortunados y marginados del planeta. Nosotros trabajamos por su permanencia porque no queremos ni podemos vivir en un mundo sin ella.

P.D.: Los que nos hemos dedicado a estudiar el Diálogo Musical Andino hemos aprendido que, en una díada de opuestos, la solución nunca está en la victoria aplastante de un polo sobre el otro, puesto que ambos se complementan y son del par necesarios para crear Música, Armonía.
En un nivel más alto, los que fueron enemigos se convierten en amigos y la guerra deja paso a la búsqueda de equilibrio.
La correcta alternancia, la justa proporción entre tañidos y silencios, entre preguntas y respuestas son la clave de todo.

No hay malos en esta película. La única desgracia es el desequilibrio y la confusión que genera. Este caos fuera de control es él que aplasta y altera los delicados equilibrios de un diálogo ordenado y fecundo, transformando en cacofonía una Música sublime.
Esto lo aprendimos sencillamente, acercándonos con respeto a la Música Andina y tratando de aprender a tocarla… siempre con mucho miedo a arruinarlo todo.

Felice M. Clemente
Il Laboratorio delle Uova Quadre

 

Atacama Wasara Panqaranaka
Flores en el Desierto de Atacama

 

 

MÚSICA INDÍGENA… ¿ALTERNATIVA?

Jueves 23 de Enero 2020, 02:08

Muy buenas noches, mi Nombre es N. M. […]
Es para mi un agrado poder escribirles y se que su respuesta será favorable, he tenido la oportunidad de verlos en vivo y sin duda alguna son excelentes.
Escribo por dos razones, la primera felicitar el proceso y el resultado de su música y agradecerle a la vida por ustedes la segunda, estamos realizando el primer Festival de Música Alternativa Indígena […] y quisiéramos saber si hay posibilidad de que ustedes los Hermanos Clemente nos envíen un saludo, ya que tenemos gran admiración por su trabajo y trayectoria.
Muchísimas gracias y quedamos super atentos a su respuesta.

Les Anexo el Afiche oficial del Festival

 



Hola N.,

Es todo un gusto conocerte y de antemano agradecemos tu estima recambiando el cariño con igual intensidad.

En cuanto a su Festival de Música Indígena (¿Alternativa?) les deseamos los mejores éxitos.

Por supuesto la verdadera Música Indígena es -de hecho y a pleno título- rotundamente “alternativa” a la Música Globalizada, cuyos exponentes tampoco faltan en su programa.

En este sentido no nos queda muy claro el uso de la palabra “alternativa”… ¿Alternativa a sí misma? Entonces volvería a ser la Global, ¿Alternativa a la Globalizada? Entonces sería simplemente “Indígena”.

Por cierto nuestra opinión al respecto siempre ha sido la misma: no se puede trascender esta Música (la Indígena) sin antes transitar por sus entrañas. Cuanto más transites esos parajes tanto menos querrás (ni podrás) destrozarla.

Para avanzar en este diálogo, evidentemente es necesario empezar a definir mejor el sentido de algunas “Palabras Mantra” que aparecen a menudo en las “charlas musicales andinas” y cuyo significado se da por sobre-entendido, como si tan solo pronunciarlas fuera suficiente a la exhaustiva exposición de todo un argumento.

Empezaremos entonces por la locución “Música Indígena”, la misma que -a nuestro modo de ver- tú/ustedes definen de forma incompleta.
Primero porque no especifican “de dónde” es su “Música Indígena” (es decir: ¿de cual área geo-cultural estamos hablando?)
y, secundariamente, porque se basan en la sola observación “externa” de sus manifestaciones (instrumentos, materiales, costumbres, escalas etc…)

La definición que les proponemos nosotros, en cambio, no puede pasar de referirse a una determinada área Cultural, bien asentada en sus Territorios de Origen, y al Sistema estético intrínseco/interno a la Música que genera.

Así que, cuando nosotros hablamos de “Música Indígena”, debe quedar bien claro -desde ahora en adelante en este texto- que no estamos hablando de la Música de cualquier “Indígena” Americano ni de un lugar cualquiera del Continente.
Nosotros hablamos de “Música Andina” (Indígena de los Andes).
Cabe aclararlo en cuanto, ya desde décadas, todo el discurso (λογος) entorno a estos temas vive envenenado por la falta de claro léxico y referencias.

Volviendo al arriba mencionado Sistema Estético, es éste (y nada otro) él que subyace todas y cada una de las soluciones musicales, generando la eventual elección de un tipo de piel o de madera para la confección de un tambor, de una escala y no de otra para cantar un determinado sentimiento, la búsqueda de ciertos timbres vocales o instrumentales etc etc…

Por supuesto la presente no es sede para entrar en el mérito de estos códigos (Estético-Musicales-Filosóficos)… Sin embargo lo arriba mencionado es suficiente para empezar a encarar la Música Indígena como un “Sistema Estético” y no como un “Género Musical”.

Ahora queremos agredir la Palabra “Alternativo/a”, cuya etimología proviene del Latín “Alter Natus”: de otro nacimiento.

Esta es precisamente la definición que adoptamos aquí arriba al decirles que la Música Indígena es “Alternativa” a la Global, ergo:
Es “De otro Nacimiento”, de otro origen, de distinto ADN estético.

El otro significado de esta misma palabra -de uso más común o discursivo- es el participio pasado del verbo “Alternare” (Alternativo), es decir:
Diferir de los modelos oficialmente aceptados.

En este segundo caso la “Alternativa” ya no es autosuficiente por necesitar un “Modelo Oficial” al cual oponerse… y “Alternativas” de este tipo son congénitas en todo Sistema porque responden a sus endémicas necesidades de “Cambio/Renovación/Expansión” y, en última instancia, de tensión interna.

Eso pasa con el Sistema que denominamos “Música Global”, incluyente Géneros como el Rock y sus posteriores “Alternativas” (Hard, Metal, Alternative, Punk etc), la matriz Clásica y post-modernas declinaciones (Contemporánea, Concreta, Postonal, Dodecafonismo etc), el Jazz y actuales tendencias (Acid, Cool, Free, Progressive, Hard Bop etc) y, ¿Por qué no? también el Género mundialmente (y erróneamente) conocido bajo el nombre de “música andina” -él mismo que, para entendernos, en el Continente se llama “Música Latinoamericana”- con sus varias propuestas “Alternativas” (Protesta, Romántica, Neo-Folclórica, Autóctona, Mestiza etc).

La Música Indígena (de los Andes) es otro “Sistema” con sus propios Géneros (el Huaylarsh Huanca, el Orquestín Cusqueño, el Charango Potosino, la Moceñada, la Tarqada, el San Juan etc) y en cada uno de ellos hay “Alternativas” (innovaciones musicales, instrumentales, poéticas etc).

Así que, al hablar de “Música Indígena” (Andina), estamos hablando de un Sistema profundamente “Alter Natus” (De otro Nacimiento/Origen) cara a la “Música Global”.

En buena síntesis, cada uno de estos dos Sistemas responde a su propio concepto de “Belleza”.

Concluyendo, es muy importante no confundir un “Sistema” (macro ensamble) con un Género (parte de su contenido) o, peor aun, con una “Alternativa” (micro variante interna a un determinado Género).

Un ejemplo de error muy común (¡y fatal!) consiste en confundir ingenuamente el Macro Sistema “Música Indígena” (él que nosotros hemos antes definido como “Música Andina”) con el micro Género “música andina” (el apelativo que, comercialmente, utiliza el resto del mundo cuando habla de “Música Latinoamericana”), sin enterarse de que estamos transitando por dos Sistemas diferentes, ergo: el primero es el Sistema “Música Andina” y el segundo es el Sistema “Música Global”.

Por tanto la directa implicación de este fatídico Qui pro Quo es que elecciones estéticas sostenibles (y hasta deseables!) en un determinado Sistema se apliquen de pronto a otro, en el cual se vuelven drásticamente impresentables.

{ NB: sobre la Palabra “Tradicional”

TRADICIONAL / AUTÓCTONO
Acerca del uso de las Palabras Tradicional y Autóctono…
El Significado de la Palabra «Autóctono» (Del Latín “Autochthŏnes”) es: [Que ha Nacido o se ha Originado en el mismo lugar donde se Encuentra].
En cambio el Sentido de la Palabra «Tradicional» (Del Latín “Trado”) es: [Perteneciente o Relativo a la Tradición / Que se Transmite de Generación en Generación por medio de Ella].
Ahora un par de Inmediatas Consideraciones:
1. La Palabra “Autóctono” se refiere a una Realidad Geográfica y a Ella se Encuentra Indisolublemente Ligada.
2. La Palabra “Tradicional” se refiere a una Realidad Cronológica, es decir: al Sistema Ideado por un determinado Grupo Humano para hacer Persistir y Sobrevivir Ideas, Valores, Mitos, Contenidos, Formas Artísticas etcétera… propios.
Y aquí va la Pregunta:
A la Luz de lo Expuesto ¿Será Posible la Existencia de una Música “Tradicional” que no sea “Autóctona”?

Il Laboratorio delle Uova Quadre (08/09/2014) }

 


 

A continuación algunos elocuentes gráficos que deberían erradicar la raíz del problema:

 

MÚSICA

WORLD

RAP

ANDINA


 

Para más claridad nosotros utilizamos a menudo la metáfora idiomática. En ella el macro ensamble de las “Lenguas” (Música) contiene varios “Idiomas” (Sistemas Musicales) -por ejemplo el Castellano, el Quechua o el Alemán- y en cada idioma podemos hallar varios argumentos de conversación (Géneros) con sus eventuales opiniones, debates, tendencias etc.

Por ende lo que no hay que perder de vista es el IDIOMA en el cual se está pretendiendo comunicar (ergo, el Sistema Musical de referencia). Si estamos haciendo “Rap”, eso NO es “Música Andina” (o “Indígena”) porque su Sistema de referencia es la “Música Global”! Y, por más que utilicemos la Quena o el Quechua, el resultado no pasará de ser una tendencia más dentro del Género “Rap”, a su vez parte del Sistema “Música Global”.

En buena síntesis, si estamos hablando de Sicus en Francés, el Francés no se vuelve milagrosamente Aymara: sigue siendo Francés, pese al argumento tratado.

Viceversa en el Orquestín Cusqueño, por ej., hallamos Arpas, Violines, Mandolinas, Acordeones, Jazzband (todos instrumentos provenientes desde otros Sistemas Musicales) interpretando, con modalidades profundamente Indígenas, antiguas Danzas Incásicas en pleno “Sistema Musical Indígena” (Andino).

¡Pero Ojo! Para expresarse correctamente en un idioma primero hay que aprenderlo. Recitar -de memoria y mal pronunciándolo- un breve poema en Ruso no implica el saber hablarlo. Lo mismo pasa con la Música Andina: tan solo con tocar una “Melodía Indígena” a nuestro “Estilo/Gusto” aún no significa que estemos actuando dentro de su “Sistema” (Música Andina). Eso se dará solo y solo cuando dominemos su Gramática Estética y su Sintaxis Musical.

Distinguidos Señores,
Sepan que su visión (y respectiva acción) nos queda absolutamente clara: Ustedes se alegran y celebran su participación del panorama musical global, la misma que piensan obtener proponiendo su “propia versión” de tal o cual Género musical global, “Personalizándolo” a través de algunas “pinceladas indígenas” (Quechua, Quena, Charango, Melodías Tradicionales etc…).

Siempre Ustedes, consecuencialmente, creen que este “logro” merezca ser festejado (de allí la creación de un “Festival”) porque su Comunidad -que (siempre Ustedes) perciben como “marginada”- sale así a dialogar con el “Mundo Grande”, el que “Cuenta”… donde se “Cuecen las Habas”.

Por supuesto nosotros respetamos este su ‘Sentiment’ y convicciones -que de seguro surgen de profundas motivaciones existenciales- mas, no las compartimos.

Nuestra visión y Filosofía de acción -la misma que rige todo nuestro trabajo y, por ende, también los resultados que obtenemos- es muy distinta.

Nuestros estudios nos llevaron a la siguiente conclusión: El “Sistema” aquí llamado “Música Andina” constituye uno de los más valiosos Patrimonios Musicales del Planeta y de la Humanidad.

Originalidad, Otredad, Irreducible Identidad Estética… estas son algunas de las cifras de su potencial contribución a la Música del Mundo, siempre y cuando ésta última se entere de su existencia y valor antes que sea tarde.

El Sistema definido “Música Global” no nos interesa como tal, y menos aún su oscura vocación (comúnmente llamada “Globalización” nde.) que es la de fagocitar todas las diferencias del mundo para luego defecar una única y desabrida Bola Monocorde y Monocolor.

Nosotros huimos este monstruoso Leviatán… y lo adversamos Buscando, Estudiando, Investigando, Dialogando, Protegiendo, Fortaleciendo, Pensando, Tocando, Escribiendo, Grabando, Cultivando, Proyectando, Componiendo, Aprendiendo, Enseñando, Estructurando, Enalteciendo, Alimentando, Innovando… las pocas islas de auténtica diversidad que aún sobreviven al tiempo que -¡A ellas sí!- de verdad las margina.

A este mismo propósito no está demás aclarar aquí que la eventual presencia de otros Géneros Musicales (pertenecientes a otros Sistemas) en nuestras obras se justifica siempre y solo como invitación, para las Músicas del Mundo, a participar del Sistema “Música Andina” en su increíble natura plástica y con los arriba mencionados fines últimos, ergo: a mayor gloria de la propia Música Andina.

Il Laboratorio delle Uova Quadre

LE RÊVE du GRIOT…

… Por otro lado estamos enfrentando la última tesela del mosaico que compone «La Fábula del Pinquillo y de la Ispalla», título del primer disco de “Opera Selvaggia”.

Para ello hemos incursionado en la música africana y particularmente de Burundi (región centro-oriental de los grandes lagos); pero no por querer rebuscar inéditas fusiones, mas porque es allí donde nos llevó el rastro poético y musical del Cuento… Fue arduo y maravilloso orientarse una vez más en un campo totalmente nuevo, en cuanto a panteón instrumental y técnicas ejecutivas… Sin embargo nosotros buscábamos algo muy especial y no cualquier expresión perteneciente a dicha música. Obviamente, eso no nos dispensó de la tarea de investigar un poco lo que el paisaje musical de la zona nos proponía. Además del tema primigenio -escuchado hace tiempo por pura casualidad- que nos motivó en emprender esta incursión, encontramos algunas pequeñas propuestas musicales tan dignas de nuestra atención como pertinentes a la inspiración fuerte del “Cuento”. Estas últimas se conforman esencialmente de juegos vocales. Así, poco a poco, fue levitando la pieza y complicándose su estructura…

Bambues
Batería de Bambúes

Luego, buscando una posibilidad de sincretismo entre ritmos afros y la pinquillada de Lloqesani, que era el primer ladrillo de toda la construcción, se nos planteó el problema de hacer encajar los pulsos rítmicos más profundos de dos mundos musicales totalmente impermeables. Persiguiendo libremente las huellas de la música negra y de su expansión en las Américas, nos desplazamos entonces a la zona caribeña y allí dimos con una expresión de veras muy singular: los “Bambúes”. Trátase de anchos tubos musicales, tañidos en juegos de tres o cuatro de diferentes medidas, a la vez con un palillo y con la boca, como rudimentales trompetas monotónicas, sobre un ritmo de raíz fuerte. Los sonidos aerófonos, emitidos con frecuencia rítmica y constante, encájanse en un fraseo melódico simple e hipnótico, acompañado por el repiqueteo de los palillos, creando algo como un tejido grave, armónico-rítmico. Desde un comienzo nos pareció que esta expresión de trance musical podría servir como acompañamiento a la pura linea melódica sobreaguda de otra trance: la de los pinquillos aymaras…

Carnavaleros
Pinquillos Carnavaleros

Sin embargo quedaba el problema de la incompatibilidad entre pulsos: mucho más lento él del wayño aymara con respecto al otro. La intuición que resolvió el problema, después de mucha búsqueda, surgió de la observación de una proporción matemática más o menos fija entre los dos pulsos en argumento: de hecho el ritmo dominicano avanza con un clock del valor de 2/3 del clock de los pinquillos, por lo cual los compases compaginan perfectamente cada 6 golpes del primero, o, si prefieres, cada 4 del segundo. Eso significa que pueden viajar paralelamente en un engranaje eurítmico y, eventualmente, dialogar armónicamente! Entonces solo nos quedaba acomodar los micro-dibujos melódicos típicos de los Bambúes a una armonía preestablecida, relativa a la pinquillada (que siempre la va reclamando). Así, de alguna manera, encontramos la forma para dar cuerpo a nuestra idea, que esta vez, prevé una arquitectura compleja, donde se entrecruzan y alternan los hilos de diferentes discursos y diferentes paletas musicales para componer un sistema único y coherente, que incluye a la vez todo un recorrido acústico -lleno de ecos y sorpresas- hacia el arquetipo común de algo como cuatro planetas musicales y culturales aparentemente incompatibles.

Ésta, a grandes rasgos, es la teoría; pero lo que significa entrar a los detalles de la puesta en obra de todo eso… Todo lo que hay que prever, resolver, aprender… Todos los detalles que hay que cuidar para finiquitar cada una de las partes… La riqueza de sugestiones que se producen entre las varias señales que las componen hasta en sus más sutiles detalles etc… Todo eso comporta una aventura larga y profunda, estimulante como pocas… De hecho indescriptible.

Pasando a otros temas, aquí estamos en otoño… Una de mis temporadas favoritas: los días se achican, el frío se hace sentir, las hojas caen y todo parece más recogido en si… El campo descansa tranquilo después del ardor estival, pero bajo las hojas, la vida trabaja sin pausas, aprovechando el templado encanto de esta estación intermedia para alistarse a las rigideces del amenazante invierno. Yo estoy aquí, a menudo enciendo la chimenea y como castañas con mis hijos… Subo al estudio, llevando mi casaca de lana marrón de la guardia forestal. Allí grabo mi hermano y hacemos nuestras cositas lindas… La locura del mundo se desahoga con violencia, más allá de estas paredes, más allá de esta campiña…

Tullpa
Tullpa

Felice M. Clemente (Riano – Otoño 2007)